Imagen: Francis Picabia
¡HE AHÍ LO SUTIL!
No necesito
modelos, no tengo motivos
para
pensar que podría superarlos.
Yo
también sé traer aquí la furia
de los
elementos, la palpitación,
el
bosque con sus nieves, la montaña,
lo
submarino —la cartografía del mar—,
lo
volcánico, la oposición, la fuerza.
Te
construyo una casa roja de 7 pisos en un verso.
Te
pongo en situación —música épica—
sobre
cualquier intriga estilística
sin
romper del todo el molde del verso.
Pero a
veces me quedo con la piel y los huesos,
no
capturo la esencia de lo referido,
y tengo
que perfilar ese fenómeno sutil
que es
no llegar a alcanzar tantas cosas,
el olor
del incienso en el Nepal,
los
hielos del invierno antártico,
la
selva asiática, los tifones anuales,
el
fragor imposible de una catarata,
la
quietud del nirvana…
Nunca
los alcanzaré, pero me sirven.
¡He ahí
lo sutil!
¡He ahí
la conciencia colectiva!
¡He ahí
lo que posibilita la poesía
como
imaginario!
Un
reloj dice una cosa distinta que un ciclón,
o que
un seísmo grado 7, o que un acuario,
un
reloj me indica el paso del tiempo,
un
reloj que nunca se para, milenario.
Advierto
grandes y pequeños cambios,
la
continuidad de mi grave poesía,
tengo
un humor nostálgico, decía,
doy el
poema por finalizado.
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by tx1sk0
'Poemas Irredentos'
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