lunes, 22 de diciembre de 2014

ESTO NO ES UN POEMA CONTRA LAS NAVIDADES















ESTO NO ES UN POEMA CONTRA LAS NAVIDADES



No, no es esta ocasión de detenerse
y no fatigar los pasos,
y no medirse en competición,
y no abocar el alma a algún destino.

La duda, hoy, me ha cubierto la frente,
ha impregnado el teléfono de frases a medias:
así la duda hoy, ¡qué hoy más largo!
Tengo la mano floja y el discurrir escaso,
y he de vérmelas con toda la vajilla.
Que incluye:
Músculo vitrocerámico.
Círculos en desplazamiento.
Tela blanquirroja.
Cubiertos franceses.
Cerámica de Limogès.
Y que no incluye más,
alimento, comida, capricho.
El hambre acecha cuando echamos en falta
el centro, la ausencia, lo faltante.

Pero esto no es un poema contra las navidades,
este no es un poema contra nada,
a riesgo de decepcionar a los adeptos,
pero es que hoy no estoy para pijadas.

Hoy he dejado de fumar ya 5 veces,
me huyen las cosas de bolsillo a bolsillo,
mis amigos se cruzan y no se reconocen,
y parece imposible esta clase de magia.

Importancia cero, ¿yo qué voy a contarte?,
vivimos en el mismo mundo y en el mismo día,
pongámonos cuanto antes estupendos, graciosos,
vamos a lo importante: la palabra y su uso.

Y yo no sé hacer uso de ella sin tensarla,
sin hacer un chiste, sin una travesura.
Hablo de mi palabra y podría hablar de mi alma,
siempre sujeta a retorcimiento;
en son como de juego salen cosas muy serias;
y es un ejercicio muy recomendable.

Detrás de una metáfora fallida
está la literalidad, lo obvio.
Por eso los poetas están como están:
la mitad literatos, la mitad locos.
Mas no vaya a creerse que es lo mismo
decir una cosa
que
decir la mitad de una cosa
o
decir el doble de esa cosa.
El lenguaje está ahí para ser franco,
para enternecer el pan
y engrosar los capullos de la rosa,
para declarar amistad y amor al sol,
para dulcificar el día.

Halle yo la manera de seguir la carrera
de esta historia más pura y más cimera
de transcurrir las cosas:
con un fulgor tornasolado,
dispuestas y valientes.
Aunque la duda me cubre la frente,
que se siga disponiendo todo
pensando en lo mejor,
en lo que deseamos.

Y si por un momento un golpe
de mar te azota,
podrás gritar:
¡Por fin, redimido!
¡Esta, la redención!
Y tú habrás de morir,
¡oh, poema irredento!


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by tx1sk0
'Poemas Irredentos' [fin]

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