Imagen: Francis Picabia
¡Y MI LIBERTAD!
¡Oh,
pecho vulnerado!
¡Oh,
rostro altivo!
¡Ah,
vanidad de vanidades!
¿Cuándo
quise ser yo vuestro cautivo?
¿Os
prometí, os juré fidelidad?
¡Ah, qué
poca cosa es poner palabra tras palabra!
¡Ah,
cómo barre para casa el aludido!
¡Qué
dolor, ay, lancinante en el pecho!
¡Qué
patrocinador de mi garganta!
Pero
decidme, ¿os di alguna vez
motivos
de disgusto,
dolores
de cabeza,
asma?
¿Alguna
vez llegué a comprometerme en firme?
No.
No
incumplí ningún pacto o acuerdo,
a nadie
hice mal, y fui un hombre justo.
No soy
cautivo, pues, más que de la tristeza
—no de
sus exteriorizaciones—,
lo que
me convierte en uno
de los
pocos hombres libres del planeta.
¿Y mi
libertad?
Malo si
no sabes dónde está.
¿Y mi
atención?
Atiende
a tu corazón.
¿Y yo?
Yo…
cómo te
diría,
yo es
una simultaneidad de cosas
tremendamente
casuales e imprevistas…
¡Entrégate,
entrégate a la corriente
de la
que lo sepas o no formas parte!
__________________________
by tx1sk0
'Poemas Instantáneos'
No hay comentarios:
Publicar un comentario