martes, 20 de enero de 2015

AY, CÓMO QUIERO ACARICIARTE




Imagen: Karen Appel .- El pájaro



AY, CÓMO QUIERO ACARICIARTE



Me asomo a la luz del día
por el valle de la almohada,
¡madre mía, qué pereza,
tengo el turno de mañana!
La luz juega con tu pelo;
estás ahí, acostada
entre bambúes al vuelo
y tendidas gasas blancas.
¡Cómo quiero acariciarte,
darte un despertar de lana,
subsumirte en mí sin plazos,
darte una sorpresa grata!

Mas no se permite amar
hasta el fin de la jornada.
Primero, uno trabaja
y, después, otro le paga.
Y a esa relación aspiran,
como natural y humana,
los mercaderes; se aplican
a ella sin cargo ni amenaza.

¡Ay, no puedo despertarte
a costa del que trabaja!
¡Ay, tu pelo yo planchara
con mis manos y mi espalda!
¡Ay, fueran míos tus senos!
¡Ay, tu vientre me hospedara!

Pero se nos hace tarde,
y el trabajo nos reclama.
Todo queda en subjuntivo,
aplazado en la ventana,
sostenido por el aire
con que se dice esperanza,
con que se dice después,
con que se nombran las parcas,
al fin y al cabo, la muerte,
a quien nadie vivo engaña.

Te dejo submarina, mi morena,
donde la fragilidad se experimenta
en sueños inducidos por la hierba.
Te dejo, niña, dormida y a salvo,
te acaricio moroso los lejanos
capítulos de tu cuerpo mundano.


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by tx1sk0
'Poemas Instantáneos'

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