Imagen tomada de Ana Ruibarbo
Y HUBO ESTO
Y hubo
un sosiego,
un
momento de calma,
un
armisticio de todo litigio
aligerado.
Eran
otros tiempos, otras libertades.
Daban
los cuartos de hora los relojes.
En la
calle la gente conversaba.
Y hubo
sin duda prodigios más señalados,
más
vistosos y más supernaturales,
pero en
este lo inmaterial de súbito
revela
su presencia.
Aquello
que pasa.
A veces
veo exánime
cómo
mis ojos lloran,
y me
rasco la espalda,
y, ¡qué
desastre, los tiempos presentes!
Y hubo
un labio y otro labio,
un beso
al fin y al cabo,
un
pasaporte, otras coordenadas.
Nunca
perdí de vista tu perfil recortado
contra
la escalera.
Tu
diversión empezaba y acababa en la cama,
y yo
teniendo que poner tierra por medio,
pues,
como bien sabes, me persiguen
con un
libro gordísimo en la mano,
leguleyos,
legisladores y legistas
y los
que pudiere dejarme,
fijo.
Y hubo
esto. Pasará aquello.
Y no
hubo esto. Pasará aquello otro.
Repítase
en voz alta.
De lo
que haya dependerá el futuro,
si va a
sernos más o menos grato,
más o
menos favorable.
Es
propio del futuro un viento formidable,
cierta
borrosidad visual,
será
por eso de la cuántica.
¡Y los
tiempos futuros, cuán inciertos,
cuán
frenéticos, cuán desastrosos!
¡Y lo
que nos espera al meter la mano en el bolsillo
y no
reconocer aquello que tenemos dentro!
¡Ay,
sí, la entrega exige
la
entrega de tantas existencias!
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'Poemas Instantáneos'
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