Imagen: Vassily Kandinsky
SON HORAS DE ESTAR DORMIDO
Son
horas de estar dormido
en esta
faz del planeta.
Incluso
el que está de guardia
lo hace
para que otros duerman.
Pero el
insomne, ¿qué gana?,
¿a qué
dioses se encomienda?
Tiene
la mente encendida,
¿creemos
que lo aprovecha,
o
dilapida las horas
dando
vueltas y más vueltas
a la
misma idea fija:
el
sueño que se le niega?
¿Para
qué sirve el dormir
sino
por lo que se sueña?
Los
sueños, cuando amanece,
nos dan
parte de su fuerza,
y
durante la jornada
las
acciones alimentan.
Los
sueños también se adoptan
—sueños
huérfanos de dueño,
sueños
que vagan de noche
perdidos
por los aleros—.
Dije
dueño y dije mal:
los
sueños no tienen dueño,
se
limitan a anidar
de un
cerebro a otro cerebro.
¿Por
qué, si no, se comparten
a lo
largo de los tiempos?
¿Por
qué, si no, se comparten
mis
sueños con vuestros sueños?
¡Al
carajo el psicoanálisis!
Yo lo
que sueño lo entiendo
como el
niño la pelota,
como el
bailarín su cuerpo,
como el
calor, como el frío,
como
estímulo directo,
como
expresión con sentido.
Y es
así como me suelo
valer
de lo que he soñado,
sin más
peso ni más vuelo:
ponderando,
ponderando,
sin
perder de vista el suelo.
Horas
son de estar soñando.
¿Qué
hace despierto el poeta?
Versos,
¿es que no lo ves?
Y poner
fin al poema
a
tiempo de irse durmiendo
para
fijar las ideas
por escrito
y no perderse
el sueño
que pasa a y media.
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by tx1sk0
'Poemas Irredentos'
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