ESTOY LEJOS HASTA DE LOS AMIGOS

Imagen: nasa

LEJOS ESTOY HASTA DE LOS AMIGOS

Las personas me llegan a la piel,

mis respuestas no traspasan mis dientes,

dejo correr el agua de las fuentes…

y tengo en la boca un sabor a hiel.

Lejos estoy hasta de los amigos;

el trato humano me parece pobre.

Está mi soledad vasta y salobre,

y no quiere presencia de testigos.

Puedo sentirme solo, pero menos

en soledad que en buena compañía

—paseando esta incapacidad mía—,

porque se abre la caja de los truenos

de mi desolación en descampado,

y no encuentro palabras, ni mi sitio,

y corro a tomar mis sales de litio

para sentirme menos abrasado.

Parece que me atendiera sólo yo,

no encuentro el turno para intervenir,

vacilo en el momento de decir,

y más fácil que un sí pronuncio un no.

Si mi torpeza parece ligera,

si mi soledad moneda corriente,

si cortas mis distancias con la gente,

si mi radicalidad aventurera,

entonces he de elevar al cuadrado

la magnitud de lo que llevo dicho,

con objeto de hacer justicia al nicho

en que me encuentro, distante y aislado.

El camino de vuelta no es sencillo:

hacen falta fuerza de voluntad,

una dosis completa de humildad,

y la confianza puesta en un cuchillo.

Como estoy, a mí mismo encadenado,

por lo demás no muy bien comprendido,

solitario a la fuerza, desabrido,

estoy necesitando auxilio aliado.

Que no sé bien en qué consistiría:

un empujón, un bofetón, un beso…

Con esto he vuelto a veces de regreso

del país donde ahora es todavía,

de esta naturaleza turbadora,

de esta incomunicación demostrable.

Pero este estado es insuperable

sin una decisión trabajadora…

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'Poemas Irredentos'