Imagen: René Margritte
UNO ENTRE TANTOS
Uno entre
tantos, ¿por qué he de ser yo poeta?
Es, a
veces, una maldición, cierto,
mas también
un destino deseable
y
podemos seguir entre uno y otro
que la
amistad continúa.
Hace
una tarde de autopsia inestrenada,
como si
tuviera un tope a las cinco en punto de la tarde,
como tratada
con trapo de secar,
y yo me
debato entre el acabar
y el no
tan deprisa.
¿Quién
dijo que temía yo ser poeta
sino
yo?
Un poeta
con la cinta métrica
en un
costado y un boli en la mano,
que
siempre lleva manchadas de tinta azul
(ha
manchado también las sábanas de la cama,
con esa
manía de escribir tumbado).
Un
poeta que vindica
la
fusión entre letras y realidad
es
devorado por la paradoja,
por la
necesidad de modernidad
y su
continua renovación en los oídos,
da lo
mejor de sí,
cae, un
día cae
y nadie
se acordará de sus poemas
cuando
le tiendan la mano pidiendo para comer,
una
ayuda para comeer,
así la
gloria de mundo destroza a sus arcángele,
los
desasiste hasta la inanición y el abandono.
Un día tu
talento se agota y al siguiente
eres ya
crudo pasto del olvido
carne
de amnesia en ti
carne
de inclemencia
píldora
literaria de una temporada,
si es
que a eso llegas.
Yo
pongo las prendas a secar
como es
lógico, cuando ha descargado la tormenta.
Igual
sucede con algunos empeños,
que
tienen su momento o su tiempo,
que se
valen de ínfimas consecuencias.
No hay
por qué repasar los logaritmos,
esto es
muy simple, y muy discipular:
las
personas no se comportan racionalmente
hasta
que vota, por lo visto,
luego
vuelven a su irracionalidad
y a ser
silenciados, traicionados,
pasadas
las próximas navidades,
que ya
se ofertan en los escaparates.
Comprar
lo cura casi todo,
compra
nuestra puesta en escena,
compra
con dinero de plástico
y se la
ve viendo más contenta
sin
aquel murmullo asmático.
Yo creo
que nadie piensa me voy a morir hoy,
aunque
haya grandes pesimistas.
Nos
reclaman otros atardeceres,
una
continuidad deliberada y cómplice.
Cuando
la gente olvida incluso eso
están
en juego recuerdo y olvido,
recuerdo
falso y verdadero,
y juego
verdadero
y
olvido falso.
Ve en
paz a tu casa,
yo en
paz a la mía.
En
tregua amorosa está la partida.
Uno
entre tantos soy, sí, uno entre tantos.
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beingbang & tx1sk0
'Poemas Irredentos'
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