Imagen: Henri Matisse
SUGESTIÓN
Acciona
tus resortes más ocultos e internos,
confía
en ellos y déjalos en libertad
cuando
quiera que quieras
—nada
malo te puede pasar—.
Ahora
boqueas: ¡respira! —te lo ruego.
Cambia
de foco y mira el corazón
como
fisiólogo: ¡qué bomba prodigiosa,
qué
músculo cordial e iterativo,
cuánto
riego sanguíneo en un puñado
de
carne de pulso tembloroso,
qué
electromagnetismo!
Purguemos
el abdomen respirando muy hondo,
y
seguimos leyendo no importa lo de antes,
establece
contacto firme con el suelo
y
estira bien las piernas, sedente
comprueba
tus averiguaciones previas
si tú
quieres.
Aquí
comenzará una oleada
de
cálida relajación, desde los pies
hasta
el bajo vientre…
Sé
espontáneo —hacerlo es imposible—,
y eso
no es aceptable en un consejo,
a mi
humilde entender, de forma que:
no seas
espontáneo, tú decides.
Mi vivacidad
se multiplica exponencialmente,
me
puede la disforia envalentadora,
preciso
consuelo, preciso freno,
brújula
emocional,
corregir
esta fácil verborrea,
mas yo
digo que no es fácil,
valga
mi verborrea como prueba.
En
privado soy todo timidez,
ahora
respira inspira espira en profundidad,
como si
yo no estuviera presente.
Cuenta
inversamente desde 100
con la
instrucción ‘duerme’ en neón violeta.
Todo
está tranquilo: ¡duerme!
Que ya
despertarás reconfortado,
cuando
el sueño haya hecho su labor
circadiana
en tu base de datos.
Que
siempre hay un día más de gracia
para
los durmientes.
¡Duerme!,
que si despertarás o no
no está
en tu mano.
_____________________________________
Todos los derechos reservados salvo copyleft
by tx1sk0 & beingbang
'Poemas Irredentos'
No hay comentarios:
Publicar un comentario