Imagen: Henri Matisse
SABER SACIARSE, SABERSE SACIADO
Cada cuidado
que damos al cuerpo
se lo
hurtamos al alma y prevarica
quien
alegue ignorancia, es un gran puerco
decir
que los cuidados que damos a boca,
ojos
oídos olfato tacto en gran proporción
—¿sueñan
las yemas de los dedos?—
ropa
compra comida telediario concurso fútbol
no
hacen patria
y
seguir haciendo lo imposible
por
recortarlo todo.
Los
genitales son un dominio aparte,
igual
que la excreción, y esos cabellos,
y esas
uñas,
¿cuánta
atención requieren?
Yo ya
fui un adolescente,
hace ya
casi 20.000 lunas.
El
tiempo tiene ahora y antes
diferente
valor.
Se ha
aquilatado mi valía,
según
los cánones que yo defino.
Nunca
he estado tan al borde de la vida.
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'Poemas Irredentos'
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