© de la imagen: chandra/nasa
VENGO DE AYER PARA ESCRIBIR
AHORA
En todo
me descuido, como si dispusiese
de una
atención al por mayor,
una de
máximo calibre,
inepta
para capturar el pormenor
de unos
vestidos o de unas monedas
o de un
nombre, un número, una llave.
Soy un
ser indefenso en sociedad,
debido
a mi poca habilidad para conversar
y a mi
tristísima ignorancia
de
chismes y noticias.
¿A qué
atiendo?
Atiendo
al exterior con mis sentidos,
atiendo
a mi interior con mis ideas.
Y el
resultado es ese sentimiento ambivalente
del
adicto que ya tiene su dosis
y no
repara en banalidades
que le
impidan administrársela,
que
todos conocemos, aun de oídas.
Si no
me entra la risa, procuraré
poner
cada flor en su maceta,
ser
fitófilo,
amarme
a mi manera incisiva
premolar
y reglamentaria, siempre en primera línea,
siempre
que no se trate de hablar en público,
se
sobrentiende, siempre adelante
y
siempre delirantemente fino.
¿A qué
no atiendo?
A infinidad
de cosas, a infinidad de renuncias,
al
resentimiento, a lo pasajero y a lo constante
como
recubrimiento del dolor,
al
flujo natural de las cosas
que se
me escapan, se intangibilizan
si
pretendo, audaz, reordenarlas.
A mi ridícula
pretensión de poetizar
mi vida
y mi experiencia
usando
un molde trágico.
No
atiendo los semáforos,
por eso
ya ni salgo,
soy
descuidado por defecto, sin dolo.
Soy una
isla perdida en algún mar del norte
cuyo
mismo aislamiento la preserva en el tiempo.
Soy
diminuto, insignificante, sí, pero no menos
orgulloso
de esgrimir la razón en el debate
y capaz
de amar llegada la ocasión.
Soy una
antigüedad.
Vengo de ayer para escribir ahora.
_____________________________________
Todos los derechos reservados salvo copyleft
by tx1sk0 & beingbang
'Poemas Irredentos'
No hay comentarios:
Publicar un comentario